La Plata RC cayó como un grande
Luchó hasta el final y dejó la vida en la cancha, pero no le alcanzó para derrotar al SIC, que lo venció por 30 a 22. Casi 15 mil personas vivieron la jornada final de la temporada 2010
En el marco de un tremendo partido final, La Plata Rugby cayó ante San Isidro Club por 30 a 22 y dejó escapar el sueño de coronarse por segunda vez en su historia. El SIC logró de esta forma la 24ta corona y cerró de manera inobjetable un año 2010, que seguramente guardará en el armario de sus mejores recuerdos. Todo ante una multitud que le puso color y pasión a la súper final del URBA Top 14.
El partido comenzó con el equipo dirigido por el yankee Rolando Martin aprovechando mejor las oportunidades que tuvo y fue así como Benjamín Madero con sendos penales a los 6 y a los 9 minutos empezó a volcar la balanza a su favor.
La Plata RC entró atado, dubitativo y errático; quizás por los nervios de tamaña definición y sin duda, el equipo de Boulogne olfateó la herida, porque ante cada chance golpeó con dureza. Cada vez que cruzó la mitad de la cancha lastimó. Los dirigidos por el "Mono" Meneses y Agustín Carrara sintieron el golpe y nunca encontraron comodidad alguna para a jugar las pocas pelotas de calidad con las que se juntaron.
Primero fue el try de Javier Ortega Desio (jugador con edad de M-20 que entró por primera vez de titular) quien terminó debajo de las haches canarias, en una gran jugada en profundidad del ataque zanjero. La Plata no salió del asedio y solo se arrimó con un penal de "Nino" Durante, recién cuando promediaban los veinte minutos. Y siguió mejor el SIC, aún con un hombre menos (sufrió la amonestación de Juan Pablo González Bonorino), porque ante una patada al fondo de la zona defensiva canaria, el pique de la pelota sobró a Augusto Ramos y fue aprovechada por José López Mañán, que en una furibunda corrida terminó en el in goal amarillo, para la alegría de la gran cantidad de gente que lo acompañó.
El "Mono" Sánchez Ruiz, árbitro del partido, le puso fin al primer tiempo y mandó a los equipos a los vestuarios, con una ventaja de 20 puntos a favor del SIC.
DEJO LA VIDA
La etapa final de entrada nomás le dio a la ilusión canaria un mazazo terrible, porque a los dos minutos Francisco Piccinini penetró la defensa de los de Gonnet y estiró la ventaja a su máxima expresión: 30 a 3.
Y cuando parecía todo sentenciado, y se presagiaba una dura goleada, apareció el corazón de La Plata, que empezó a jugar la ovalada con tremenda precisión y dinámica, que encendió a su hinchada y estimuló el vértigo de la definición. Así vinieron los tries de Pedro Mercerat (que jugó gran parte del partido con el tabique nasal fracturado) y Augusto Ramos, que ajustaron el marcador a la realidad de la final.
Pero si fue buena la remontada amarilla, mejor fue aún la defensa zanjera, porque se desdobló en la marca repetidas veces y defendió con uñas y dientes hasta el final.
La cuenta regresiva del reloj oficial le puso cierre a la temporada 2010, que dejó al San Isidro Club como un justo campeón y a La Plata Rugby como un gallardo finalista. Pero más allá de la lectura deportiva, la ciudad entera se unió y mostró una increíble organización ante el evento deportivo más importante del rugby nacional.